
Amor y sexualidad
Hay que tener en cuenta que la sexualidad se vive no solo en las relaciones sexuales sino en nuestra misma persona el simple hecho de existir nos permite vivir nuestra sexualidad ya sea de forma masculina o femenina según como Dios nos haya hecho porque el camino correcto de la sexualidad es aquel que se da en función de la persona.
Es decir, el que es hombre debe vivir su sexualidad masculina y la que es mujer su sexualidad femenina esto lo sabemos porque así es el plan de Dios y esto se logra mediante una formación cristiana, tomando en cuenta a la ciencia.
Es conveniente que como cristianos tengamos en cuenta la explicación científica de nuestra sexualidad y a este concepto lo relacionemos con la formación cristiana, al respecto, pues combinando a la ciencia y a la fe en la sexualidad se da una sólida formación. La ciencia nos explica como funciona y cómo se ejerce la sexualidad y la fe como la debemos orientar, porque de hecho, la sexualidad es un don de Dios y no un pecado, el pecado se da cuando la usamos mal, sin embargo, mientras la usemos bien en verdad debemos verla como un regalo y no debemos ser alarmistas ante el tema. Aquellas personas que no tocan el tema de la sexualidad y que no la conocen, teniendo edad para conocerla, es muy importante que acudan a personas, capacitadas en la materia y con un sano juicio cristiano, para que les orienten porque conocer nuestra sexualidad es un deber de todos.
La sexualidad nos acompañará en nuestro paso por esta tierra y, debemos irla educando con naturalidad y sencillez. Así mismo debemos ver que el gusto por el sexo opuesto, propio de la sexualidad, no es un pecado sino algo natural y parte del plan de Dios, el problema es cuando a ese gusto le agregamos obsesiones ahí si existe pecado puesto que obsesionarnos con el tema nos aparta de Dios, sin embargo, al ver ese gusto como algo natural nosotros estaremos en gracia, es decir, sin caer en ese tipo de pecados, así mismo, debemos entender que el católico no debe renunciar, reprimir o ver como mala a la sexualidad, el católico no debe querer borrar su naturaleza sexual sino que tiene que vivir con ella, es decir, convivir con ella porque es un gran don de Dios y es algo que sirve según Cristo cuando se usa para bien, un ejemplo, es el tener relaciones sexuales cuando ya se ha llegado a la madurez expresada en el sacramento del matrimonio, esto a veces nos alarma, sin embargo, es lo que lleva a la felicidad. Así que veamos a la sexualidad como un don de Dios y cuidémosla como tal, siendo hombres y mujeres que sean católicos de convicción que conozcan su sexualidad.
El amor es un sentimiento reflejo de lo que Dios siente por el ser humano, nos permite acercarnos a los demás y establecer diferentes relaciones: paternales, filiales, amicales, compañerismo, etc.; no es aquello que normalmente se entiende en la sociedad: el amor es igual a sexo; esto idea es una error muy grande que tiene consecuencias malas en la vida de las personas.
Dios es quien ha hecho a las personas con la capacidad de amar y de ser amadas con limpio corazón e intenciones rectas y honestas que implica respeto al otro. La sexualidad es la manera como expresamos los sentimientos para relacionarnos de un modo especial con otra persona y realizarnos como tales.
Hay que tener en cuenta que la sexualidad se vive no solo en las relaciones sexuales sino en nuestra misma persona el simple hecho de existir nos permite vivir nuestra sexualidad ya sea de forma masculina o femenina según como Dios nos haya hecho porque el camino correcto de la sexualidad es aquel que se da en función de la persona.
Es decir, el que es hombre debe vivir su sexualidad masculina y la que es mujer su sexualidad femenina esto lo sabemos porque así es el plan de Dios y esto se logra mediante una formación cristiana, tomando en cuenta a la ciencia.
Es conveniente que como cristianos tengamos en cuenta la explicación científica de nuestra sexualidad y a este concepto lo relacionemos con la formación cristiana, al respecto, pues combinando a la ciencia y a la fe en la sexualidad se da una sólida formación. La ciencia nos explica como funciona y cómo se ejerce la sexualidad y la fe como la debemos orientar, porque de hecho, la sexualidad es un don de Dios y no un pecado, el pecado se da cuando la usamos mal, sin embargo, mientras la usemos bien en verdad debemos verla como un regalo y no debemos ser alarmistas ante el tema. Aquellas personas que no tocan el tema de la sexualidad y que no la conocen, teniendo edad para conocerla, es muy importante que acudan a personas, capacitadas en la materia y con un sano juicio cristiano, para que les orienten porque conocer nuestra sexualidad es un deber de todos.
La sexualidad nos acompañará en nuestro paso por esta tierra y, debemos irla educando con naturalidad y sencillez. Así mismo debemos ver que el gusto por el sexo opuesto, propio de la sexualidad, no es un pecado sino algo natural y parte del plan de Dios, el problema es cuando a ese gusto le agregamos obsesiones ahí si existe pecado puesto que obsesionarnos con el tema nos aparta de Dios, sin embargo, al ver ese gusto como algo natural nosotros estaremos en gracia, es decir, sin caer en ese tipo de pecados, así mismo, debemos entender que el católico no debe renunciar, reprimir o ver como mala a la sexualidad, el católico no debe querer borrar su naturaleza sexual sino que tiene que vivir con ella, es decir, convivir con ella porque es un gran don de Dios y es algo que sirve según Cristo cuando se usa para bien, un ejemplo, es el tener relaciones sexuales cuando ya se ha llegado a la madurez expresada en el sacramento del matrimonio, esto a veces nos alarma, sin embargo, es lo que lleva a la felicidad. Así que veamos a la sexualidad como un don de Dios y cuidémosla como tal, siendo hombres y mujeres que sean católicos de convicción que conozcan su sexualidad.
El amor es un sentimiento reflejo de lo que Dios siente por el ser humano, nos permite acercarnos a los demás y establecer diferentes relaciones: paternales, filiales, amicales, compañerismo, etc.; no es aquello que normalmente se entiende en la sociedad: el amor es igual a sexo; esto idea es una error muy grande que tiene consecuencias malas en la vida de las personas.
Dios es quien ha hecho a las personas con la capacidad de amar y de ser amadas con limpio corazón e intenciones rectas y honestas que implica respeto al otro. La sexualidad es la manera como expresamos los sentimientos para relacionarnos de un modo especial con otra persona y realizarnos como tales.
ACTIVIDADES:
1. Elabora un organizador a partir del texto que has leído.
2. Responde:
- ¿Por qué la sexualidad es un don de Dios?
- ¿Cuáles son las dificulatdes para vivir el amor y la sexualidad?
- ¿Qué se entiende por amor y sexualidad?
- ¿Cómo vives tu sexualidad frente a la obra de Dios?
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