
MI COMPROMISO: EL APOSTOLADO
Jesús se proponía fundar una verdadera comunidad religiosa, un nuevo Pueblo de Dios, pensó en los hombres que habían de ser jefes y maestros, Jesús era llamado habitualmente con el nombre de “Maestro”, denominación que el aceptó como propia (Jn. 13,14).
Algunos de sus primeros discípulos le siguieron espontáneamente, subyugados por el misterio de su mirada y la amabilidad de su trato, pero esto fue algo ocasional. Los llamamientos de los apóstoles se caracterizaron por partir de la iniciativa entera de Jesús. Él es quién elige y llama, generalmente la llamada es imperativa y sin concesiones: “SIGUEME”.
Jesús es exigente cuando “llama”, de todos los discípulos que le seguían, Jesús eligió a doce para que fueran los Apóstoles, dice la Sagrada Escritura que en adelante vivieron con Él, eran sus amigos, los testigos de sus milagros, los confidentes de sus enseñanzas.
Jesús quiere ahora tener a sus elegidos más cerca de Él, para formarlos cuidadosamente en el camino difícil de su misión, llamada “MISIÓN DEL APOSTOLADO”.
La finalidad de la elección de los doce es para enviarlos a predicar, este es también el significado del nombre de “Apóstoles”, que significa enviado con presentación y poderes, el nombre encaja perfectamente en la misión que Jesús les encomendará; por ello el apostolado consiste en continuar con la obra misionera de Cristo y los Apóstoles cumplen con el anuncio de la instauración del Reino de Dios en la tierra, un Reino de paz, justicia y amor.
¿Para qué son enviados? El envío o misión se orienta inmediatamente a la predicación, ella hace surgir la Fe, a la que siguen el bautismo y los demás sacramentos, por los que nos comunica la nueva vida.
Nos hace falta subrayar la importancia de nuestra misión de predicar la Palabra de Dios, ella alimenta y fortalece la Fe, que toca zonas interiores del ser humano.
Hoy en la actualidad los jóvenes tenemos la misión de seguir los pasos de los Apóstoles comprometiéndonos, en nuestra familia, parroquia, comunidad y así difundir la Palabra de Dios.
Jesús se proponía fundar una verdadera comunidad religiosa, un nuevo Pueblo de Dios, pensó en los hombres que habían de ser jefes y maestros, Jesús era llamado habitualmente con el nombre de “Maestro”, denominación que el aceptó como propia (Jn. 13,14).
Algunos de sus primeros discípulos le siguieron espontáneamente, subyugados por el misterio de su mirada y la amabilidad de su trato, pero esto fue algo ocasional. Los llamamientos de los apóstoles se caracterizaron por partir de la iniciativa entera de Jesús. Él es quién elige y llama, generalmente la llamada es imperativa y sin concesiones: “SIGUEME”.
Jesús es exigente cuando “llama”, de todos los discípulos que le seguían, Jesús eligió a doce para que fueran los Apóstoles, dice la Sagrada Escritura que en adelante vivieron con Él, eran sus amigos, los testigos de sus milagros, los confidentes de sus enseñanzas.
Jesús quiere ahora tener a sus elegidos más cerca de Él, para formarlos cuidadosamente en el camino difícil de su misión, llamada “MISIÓN DEL APOSTOLADO”.
La finalidad de la elección de los doce es para enviarlos a predicar, este es también el significado del nombre de “Apóstoles”, que significa enviado con presentación y poderes, el nombre encaja perfectamente en la misión que Jesús les encomendará; por ello el apostolado consiste en continuar con la obra misionera de Cristo y los Apóstoles cumplen con el anuncio de la instauración del Reino de Dios en la tierra, un Reino de paz, justicia y amor.
¿Para qué son enviados? El envío o misión se orienta inmediatamente a la predicación, ella hace surgir la Fe, a la que siguen el bautismo y los demás sacramentos, por los que nos comunica la nueva vida.
Nos hace falta subrayar la importancia de nuestra misión de predicar la Palabra de Dios, ella alimenta y fortalece la Fe, que toca zonas interiores del ser humano.
Hoy en la actualidad los jóvenes tenemos la misión de seguir los pasos de los Apóstoles comprometiéndonos, en nuestra familia, parroquia, comunidad y así difundir la Palabra de Dios.
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